La evaluación neuropsicológica

Cuando realizamos evaluaciones neuropsicológicas de los más pequeños, ponemos el foco de atención sobre el lenguaje, la memoria, la psicomotricidad y la sensorialidad. Sin embargo, especialmente si se trata de menores de seis años, debemos tener en cuenta que describimos sus progresos madurativos en determinado momento del desarrollo.

Los resultados sobre sus funciones cognitivas nos permiten estimar su estadio intelectual en comparación con lo que se espera para su edad. Así, es posible hallar que su edad cronológica (años y meses) no se corresponde con su edad mental (hitos que el niño ha alcanzado hasta el momento).

También debemos tener en cuenta que existe mayor heterogeneidad entre los niños cuanto más pequeños son. Esto implica que los niveles de desarrollo pueden ser dispares respecto a los compañeros de su edad sin que conlleven un retraso o una alta capacidad. A pesar de que existen signos de alerta para cada una de las áreas evaluadas, hoy en día sabemos que el intelecto es dinámico y que la persona puede progresar notablemente gracias a la estimulación adecuada.

Consideramos que el niño debe ser visto como un todo, una persona que integra multitud de facetas que además aún se están formando. Por este motivo, en el Centro ARS realizamos evaluaciones cognitivas con el fin de generar un perfil individualizado que ayude a diseñar la intervención más adecuada.